Las cosas que la ponen ansiosa en la segunda cita

January 7, 2015 7:58 pm0 Comentarios

Sus preocupaciones en la segunda cita ya no tienen que ver con si son compatibles o no. Pero por dentro, ella no está tan tranquila como parece. La segunda cita trae todo un nuevo conjunto de ansiedades.

¿Quién paga?

Es probable que en la primera cita hayas pagado tú. Eso está muy bien por ser la primera cita, ya que se lo puede tomar como una ocasión única. Pero la segunda cita puede ser un poco más delicado, ya que es el momento en el que se sentarán los precedentes para las citas futuras. Si pagaste tú la última vez, quizás ella se esté preguntando si esperas que sea ella quien pague esta vez. Probablemente esté preocupada por la incomodidad de la discusión sobre quién paga, independientemente del resultado. Desafortunadamente, esto no es algo que puedas discutir por anticipado sin volver la situación más incómoda aún. Hasta cierto punto, se trata de una cuestión cultural; las mujeres de ciertos lugares no se preocuparán por qué sucederá con la cuenta, porque suponen que tú la tienes que pagar. Sea como fuere, asegúrate de tener dinero encima para que sea menos incómodo en caso de tener que dividir la cuenta.

¿Cuáles son tus expectativas?

Se espera que haya sexo en la primera cita. Si sucedió, muy bien (a menos que no haya estado bien); pero las mujeres suelen resistir el impulso de acostarse en la primera noche. No hay una regla sobre cuántas citas hay que tener antes de acostarse juntos, y es una cuestión realmente personal. Si ella preferiría esperar más que la segunda cita, se va a pasar toda la noche deseando que no sea eso lo que tú esperas de ella.

¿Tendrá comida entre los dientes?

Las mujeres tardan una eternidad en prepararse para una cita. No va a dedicar cuatro horas maquillándose y depilándose sólo para que un pedazo de perejil entre los dientes lo arruine todo. Pero tampoco querrá hacer infinitos viajes al baño para revisarse. Como resultado, se pasará una buena parte de la cita buscando verse en el reflejo de la cuchara para revisar si el delineador de ojos sigue en su lugar. Esto es un problema especialmente en las cenas, la que la comida puede ser problemática. Y además, al estar sentada frente a ti mientras le hablas, tendrá bastante tiempo para preocuparse por su aspecto.

¿Y si no tienen nada de qué hablar?

Se pasaron toda la primera cita conociéndose, haciéndose preguntas predecibles sobre empleos y pasatiempos. Necesitas ser más creativo en la cita número dos. A menos que la hayan pasado tan bien la primera vez que apenas tuvieron un momento tranquilo, a ella le preocupará que la conversación pueda secarse. Si comienza a hablar sobre cosas vanas durante un silencio incómodo, no es porque crea que sería una buena idea amenizar la charla con una historia sin sentido, sino porque se ha enrollado y no sabe cómo salir.

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