Como “No” Olvidar A Una Chica

April 8, 2013 2:30 pm0 Comentarios

Durante la universidad, Mike, Justin, y yo adoptamos la frase “la enfermedad”.

La “enfermedad” es como una “oneitis” súper desarrollada.

La llamo “la enfermedad” porque una vez que te afecta prácticamente es imposible que la controles. Corrompe primero tu mente, pero luego generalmente trae síntomas físicos como nausea, vómitos, pérdida de peso, depresión, insomnio.

Le pasa a los mejores de nosotros… e incluso aunque ya sepamos que hemos sido infectados, es casi imposible de combatir. Incluso si nuestros mejores amigos nos dicen “hay que seguir adelante”, “ve tranquilo””olvídate de ella”, sus palabras entran por un oído y salen por el otro.

Aunque la única cura para “la enfermedad” es el tiempo… yo pensé que si escribía una descripción detallada de cómo nos infecta (usando mi última batalla contra ella como ejemplo) ustedes chicos iban a poder usar esto como guía cuando la sientan venir. Aunque no pretendo que sean capaces de deshacerse de su obsesión por ustedes mismos, como mínimo pueden ser capaces de evitar algunos de los típicos errores que yo cometí.

La Anatomía de La Enfermedad

Luego de enamorarme lentamente de una de mis amigas durante el transcurso de un año, todo explotó en un viaje de ski. Sabía en mi cabeza que tenía que hacer mi movimiento ahora o nunca. Semanas antes del viaje de ski comencé a evitarla antes de dirigirme a la montaña. Quería crear una persona fresca, y distanciarme de la “friend zone” a la que antes había estado sometido.

La primera noche del viaje de ski hice un cambio dramático en la manera que interactué con ella. Me volví más sexual, aludí a su atractivo, y me puse más toquetón.

Aunque al principio parecía un poco retraída, de a poco comenzó a responder a mi intensificación. Para el final de la noche estábamos en mi cama besándonos. Al próximo día me dijo que fue un error y que le gustaba demasiado como amigo para continuar.

Pero yo insistí de nuevo esa noche, y de nuevo terminó en la cama conmigo. Básicamente pasamos el resto del viaje encerrados en mi cuarto. Para ser completamente honesto, fue distinto a todo lo que había experimentado antes. No sé si fue la tensión sexual que había desarrollado durante el último año, nuestra fuerte conexión como amigos, o simplemente mi loca atracción física por ella, pero estaba en un estado en el que nunca había estado antes.

Aunque terminé la semana en la montaña sintiéndome un poco vulnerable, estaba bastante seguro de que ella sentía lo mismo. De hecho, diría que mi confianza estaba por las nubes. Estaba en la cima.

El primer par de noches de vuelta en casa salió bien. La chica y yo nos mandamos mensajes de texto por la noche. Yo estaba en el modo “ve tranquilo” así que dije que esperaría algunos días para llamarla.

El viernes por la tarde apenas podía contener mi excitación de pasar tiempo con ella. Mientras estaba en el trabajo le envié un mensaje “Quiero verte. Mucho.”. Yo esperaba una respuesta inmediata de ella correspondiéndome el sentimiento. Esperé y esperé… pero la respuesta nunca llegó.

Todavía estaba en el modo “ve tranquilo” así que decidí ir al bar con un par de amigos. Mi mente estaba un poco en la chica, pero no estaba demasiado preocupado ya que ella tenía el hábito de olvidarse de nuestra amistad. Luego de que cerró el bar hicimos la after party en mi casa. Bastante borracho en este momento, fui en contra de mis instintos y la llamé. Y cuando no respondió le dejé un mensaje. Esa noche me quedé dormido con el teléfono en mi mano, esperando la llamada.

El sábado a la mañana fue cuando entré en el modo de pánico.

Me cayó la ficha de que no había llamado. Comencé a “escanear” mi cerebro buscando razones por las que me estaría alejando. Empecé a preguntar la opinión de algunos de mis amigos. Todos me tranquilizaron diciéndome “solo ha pasado un día.” Me sentí mejor por el momento, luego recordé nuestra maravillosa semana juntos en la montaña y me quedé intentando descubrir qué salió mal.

En algún momento entre el sábado y el domingo me convencí a mi mismo de que la razón por la que me está evitando es porque no confía en que realmente me guste. En mi mente tenía sentido. Ella sabe que soy un “jugador”.

Pensé qué es lo que tenía que hacer para probarle que realmente me gustaba.  Así que fui contra mis instintos y me dirigí a la florería el lunes a la mañana. Compré el ramo de flores más grande, maravilloso y caro que tenían, e hice que se lo envíen a su trabajo el martes a la noche… para completar iba con una tarjeta realmente vergonzosa, básicamente profesándole mi amor.

El lunes a la noche me llama a la una de la mañana. Mi “amigo fiestero” me dice que no le responda y le dé un trago de su propia medicina… pero mi “amigo aburrido” interviene, y termino diciéndole a ella que venga a mi casa. Cuando llega a mi casa actúa indiferente sobre no haber llamado… y la perdone inmediatamente. Nos besamos un poco… le comí su coñito..luego se fue.

En la mañana próxima pensé en si debería cancelar o no las flores. Decidí mandarlas igual. Más tarde, en la noche, recibo una llamada de ella agradeciéndome por las flores. Le digo si quiere salir pero dice que está cansada y que solo va a dormir.

Espero hasta el viernes para llamarla de nuevo. Una vez más… sin respuesta. Prosigo a salir con un amigo, ponernos extremadamente ebrios… y llevarme a casa a una muñequita de 18 años con la que trabajé. Pero ni siquiera una chica fresca y joven de 18 años pudo disuadirme del comienzo de “la enfermedad.”

Los próximos dos meses están borrosos. Básicamente consisten en yo revisando mi teléfono cada 3 minutos para ver si llamó. Las pocas veces que de hecho llama o manda un mensaje… estoy demasiado débil para “jugar”. Por un minuto o dos me digo a mi mismo que no voy a llamar de nuevo… pero luego me rindo y llamo. Ella sigue evitando verme. Intento hacerla tranquilo y actuar como si no me importase. Luego en momentos de debilidad le mando mensajes preguntando “qué está sucediendo entre nosotros” y otras mierdas con las que me vuelvo loco pensando.

Finalmente luego de dos meses me pongo muy borracho y aparezco en su trabajo. Ella está casi asustada de verme. Estoy borracho pero de alguna manera la convenzo de salir a tomar unos tragos. Finalmente la tengo en frente mío luego de dos meses de jugar con el teléfono… pero no es nada parecido a lo que me imaginé. En mi cabeza… ella iba a confesar su amor a mí, decirme cuánto me ha extrañado… y terminaríamos acurrucados en mi cama.

Cómo la noche termino- era yo con una cara de mierda entregándole una carta de amor que le escribí… ella tomando la carta y yéndose… ni siquiera me llamó para reconocerlo. A medida que pasaba el tiempo perdí las esperanzas de que llamara.

El desastre en el que se había convertido Bobby Rio finalmente estaba comenzando a ordenar su vida nuevamente. Estaba saliendo con una nueva chica… finalmente empezando a superar “la enfermedad.”

Pero no podía vivir bien solo. Sabía que iba a haber una fiesta anual de Navidad donde ella trabajaba. Tenía amigos que todavía trabajaban ahí. Así que una vez más, salgo con cara de mierda otra vez y voy a su fiesta con uno de mis amigos.

La noche comenzó bien… pasé tiempo poniéndome al día con un puñado de viejos amigos… hablando con ella cuando la ocasión lo permitía. Pero a medida que me ponía más ebrio el escudo de “hombre tranquilo” que había estado mostrando de a poco se empezaba a debilitar. Empecé a hacerle preguntas sobre “el fin de semana que pasamos juntos.” Estaba claro que ella no quería hablar de eso.

Luego empecé a notar que ella y uno de sus compañeros de trabajo estaban realmente congeniando. No me sentí amenazado porque conocía el tipo, y nunca me imaginaría que a ella le gustaría… pero a medida que me ponía borracho tenía más y más sentido. Todo se estaba poniendo muy claro…(en mi distorsionada mente borracha) ELLA SE ESTABA COGIENDO AL TIPO.

Así que hice lo único que un maldito bastardo borracho podría hacer… lo seguí al baño y le di una piña en su mandíbula. Lo próximo que sé es que nos echaron al estacionamiento… estábamos rodando en el pavimento golpeándonos nuestras cabezas… clavándonos dedos en nuestros ojos.. creo que incluso lo mordí.

Finalmente el resto de la fiesta separa la pelea… me suben a un taxi y me mandan mi a mi maldito y enfermo trasero a casa.

Bobby Rio se despertó la próxima mañana en el Mero Fondo.

Voy a dejar esta historia sin comentarios. Es simplemente para mostrar cómo la enfermedad se puede apoderarse de cualquiera. En ese punto de mi vida ya sabía todo lo que había que saber. Estaba cogiéndome chicas a diestra y siniestra..siempre era el que tenía el control y que tomaba las decisiones.

Y me sentí como un soldadito.

Enviar respuesta